lunes, 25 de noviembre de 2013

Autorregulación 


-          Actividad 1: “Aprendemos a relajarnos”

Objetivos:
-          Generalizar el estado de relajación a situaciones de su día a día.
-          Experimentar la relajación y observar sus beneficios.
-          Comprender la importancia de practicar la relajación más a menudo.

Contenidos:
-          La relajación como estado de tranquilidad y felicidad.
-          La relajación como estrategia de control de pensamientos.

Descripción de la actividad:
Esta actividad consiste en tumbarse sobre el suelo con una esterilla encontrando la posición más cómoda. Pondremos música relajante de fondo y se le pedirá al niño o niña que su única misión es concentrarse en la música e ir relajando cada parte del cuerpo que vayamos nombrando. Finalmente, iremos bajando el volumen de la música y le preguntaremos cómo se siente a medida que vaya abriendo los ojos y despertando.

Temporalización: 20 minutos

Recursos utilizados:
Música de relajación y esterilla.

Puesta en práctica:
El sujeto es un niño muy inquieto, apenas puede estar sentado en la silla más de diez minutos y se distrae con mucha facilidad. Además, cuando se enfada tiene un comportamiento bastante infantil con rabietas y pataletas. Por ello, considero que debe aprender técnicas de relajación que le ayuden a saber controlar el nivel de actividad y de ansiedad.
En primer lugar, hemos creado un clima en el aula que propicie tranquilidad y relajación apagando las luces y tumbándonos en el suelo con esterillas. Al principio de la actividad le ha costado mucho cerrar los ojos, dejar de reír y concentrarse sólo en la música. Así que se le ha acariciado la cara y se le ha dicho que hiciera como si estuviera durmiendo en su cama y que pensara en los dibujos que más le gustaran. De esta manera, se ha podido controlar esta conducta y reconducirla hacia la relajación. En este momento, se le ha ido nombrando partes del cuerpo para que se concentrara en relajar cada una de ellas. El sujeto las levantaba y cuando las soltaba, las relajaba. Cuando se le ha preguntado si se había relajado, ha dicho que sí y que le ha gustado mucho. Así que se le ha ofrecido que se lo podía contar a sus padres para que en casa también practique la relajación.




-                     Actividad 2: “El secreto de la tortuga”


Objetivos:
-          Reconocer cuándo experimentamos emociones negativas para detectarlas y detener el pensamiento.
-          Aprender estrategias para controlar las emociones que nos hacen sentir mal.
-          Adquirir autonomía para resolver los problemas.

Contenidos:
-          Desarrollo de estrategias de control del pensamiento.
-          Búsqueda de soluciones.
-          Previsión de las posibles consecuencias.
-          Elección y aplicación de la solución más adecuada.

Descripción de la actividad:
Para trabajar la resolución de conflictos, se le enseñará al niño o niña la técnica de la tortuga como mecanismo para detectar y controlar la ira. Consiste en realizar un cuento adaptado y con un título que le resulte inquietante como puede ser “El secreto de la tortuga”. El cuento es el siguiente;
“Había una vez una tortuga que tenía un secreto. Cuando notaba que se empezaba a enfadar, escondía la cabeza dentro de su caparazón. Ahí dentro, la tortuga se relajaba y buscaba soluciones para volver a estar contenta y no enfadarse. Por ejemplo, si ha perdido un juguete que le gusta mucho y no lo encuentra, en lugar de enfadarse y ponerse a gritar, se esconde en su caparazón y piensa que si no lo encuentra no pasa nada, puede jugar con otros juguetes o construir ella misma otro juguete que le guste mucho”.
Este cuento se redactará en un folio de color con el dibujo de la tortuga para que a medida que se le va leyendo pueda ver reflejada la tortuga e imaginar mejor la historia.
Además, también se puede construir una tortuga con una cáscara de nuez, cartulina verde y pintura verde para que se la lleve a casa y recuerde esta técnica tan maravillosa y eficaz.

Temporalización: 30 minutos.

Recursos utilizados:
Esterillas, cuento de la tortuga escrito en una cartulina, dibujo de la tortuga con cartulinas y cáscara de nuez, pintura y cartulina verde para construir la tortuga.

Puesta en práctica:
En un principio, se le ha enseñado la tortuga dibujada y se le ha dicho si quería saber su secreto. No sabía lo que significaba la palabra secreto, así que se le ha explicado que es algo que te cuentan y tú lo tienes que guardar pero si alguien necesita su consejo se lo puedes contar. Le ha sorprendido y me ha dicho que quería saber el secreto de la tortuga. Así pues, se le ha leído el cuento de la tortuga poco a poco y articulando bien las palabras. Al acabar se le ha preguntado si había entendido cuál era su secreto. Él ha respondido que “Sí” y se le ha vuelto a preguntar “Cuál era su secreto”, a lo que ha respondido “Esconderse en el caparazón”, Se le ha preguntado “Por qué se escondía en el caparazón”, y ha contestado “Porque se enfadaba mucho”. Se le ha reformulado esa frase ofreciéndole una respuesta adecuada como “La tortuga se esconde en su caparazón cuando empieza a sentirse enfadada y así no grita. Cuando está en el caparazón cuenta hasta diez y piensa en cómo puede no sentirse así y sale siempre con una sonrisa y con una solución”.

Conclusiones generales del cuarto bloque: autorregulación emocional
Ha resultado realmente motivadora la técnica de la tortuga como estrategia para controlar las emociones negativas y buscar posibles soluciones. Pese a no hacerlo de manera autónoma y tener que recordarle lo que hace la tortuga cuando empieza a enfadarse, le ha sido de gran utilidad la visualización del dibujo de la tortuga en clase. Se debe destacar la gran utilidad de la relajación como estado de tranquilidad y posterior estado de felicidad. 

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