miércoles, 11 de mayo de 2016

El privilegio de trabajar con niños con Necesidades Educativas Especiales

Hoy en día, muchas son las personas que me preguntan acerca del trabajo con niños con alguna dificultad en su desarrollo. Preguntas como ¿Pueden llegar a tener el mismo nivel cognitivo que cualquier otra persona? ¿Podrán desarrollar las tareas de la vida cotidiana sin ayuda? ¿En algún momento podrán prescindir de terapia asistencial?... Bien, si nos damos cuenta, la construcción verbal de las preguntas están formadas por la posibilidad ¿Pueden hacer esto? ¿Podrán hacer lo otro? Sin quererlo, no somos conscientes de la influencia que estas preguntas ejercen sobre la sociedad, y más concretamente, sobre las POSIBILIDADES Y CAPACIDADES de todos estos niños.

Desde mi humilde experiencia, he sido muy afortunada de rodearme de niños con Necesidades Educativas Especiales, que han hecho que crezca a nivel profesional, pero sin duda mi mayor crecimiento ha sido en el ámbito personal y emocional. Estos niños no se merecen otro etiquetaje que no sea el de "Emocionalmente Perfectos". Sí, has leído bien. Emocionalmente perfectos. Pensarás acerca de los mitos sobre el autismo o el asperger, que si son niños y niñas que no se relacionan, que no sienten afecto por los demás. Y es que detrás de todas estas creencias, hay mucho más. Detrás de cada dificultad que muestra un niño con estas características, hay toda una serie de necesidades que como profesionales en este ámbito debemos conocer, saber identificar y, no consiste en entrar en su mundo, sino que ese mundo maravilloso forma parte del nuestro. Se trata de educar desde la convicción que ningún mundo es mejor que otro, sino que todos tienen sus características y peculiaridades que nos hacen especiales y de los cuales podemos aprender y crecer como personas.

Comportamientos extraños, intereses raros, obsesivos... son muchas las características que se les atribuye a estos niños, simplemente por no seguir el mismo patrón de desarrollo que ya desde la escuela se  establece. Todos tenemos que ser buenos en matemáticas, historia, educación física... ¿y qué hay de las inteligencias múltiples? Cada niño es único y por ello, nunca se puede considerar ni predecir un desarrollo común. Si bien es cierto, que todos estos comportamientos "extraños" no vienen dados por fastidiar, incordiar... Este comportamiento forma parte del niño y le hace sentir seguro y bien consigo mismo. No se trata de, como profesionales, eliminar esta actitud, sino intentar sustituirla por otra que sea más funcional y significativa pero que le proporcione la misma sensación de control y seguridad. Y aquí reside la clave del éxito de todo docente que trabaja con este alumnado que necesita determinados estímulos y realizar determinadas conductas en su día a día, en la capacidad para comprender este hecho y proporcionarle estrategias más funcionales y adaptadas a su realidad.

Te invito a pensar en algo... Imagina que, te encanta el chocolate, y continuamente te ponen delante de ti un trozo sugerente y exquisito de tarta de chocolate, pero te prohíben probarlo, dime si serías capaz de resistirte una, dos, tres y cuatro veces a él. Me juego lo que quieras, que a la cuarta vez que te lo ponen delante, te abalanzas sobre él y lo devoras. Te dijeron que NO te lo comieras, así sin más, pero... ¡¡¡¡y tú qué ibas a hacer con lo que a ti te gusta el chocolate!!!!



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